10 marzo 2007

Uno mismo


Érase una vez un hombre que tenía la curiosa facultad de decidir con qué soñar por las noches. Pensaba en cualquier tema y su subconsciente se programaba de tal manera que, al dormirse, soñaba con lo que él hubiera decidido.
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A veces decidía soñar con volar y, al cerrar los ojos, ya surcaba el aire como un fenix; otras veces, pedía ser un actor célebre y soñaba que ganaba un certamen internacional; decidía ser Napoleón y en cuanto conciliaba el sueño ya dirigía las tropas en Waterloo.
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En cierta ocasión quiso soñar que era él mismo para comprobar cómo era ese sueño, y así lo pidió a su subconsciente.
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Esa noche... no durmio.
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FERNANDO TRÍAS DE BES
Cuentos absurdos