15 abril 2011

Fin de la primera parte

Sin más palabras, la puerta se cierra.

Segunda parte:
www.davidcabello.tumblr.com

25 marzo 2010

08 enero 2010

Cuando los monstruos querían comernos


Arrastrame. Devuelveme de allí de donde fui expulsado. Trae de vuelta aquel niño risueño y despreocupado. Aquella inocencia innata e única, irrepetible quizás, revoltosa a veces, pero mágica cuanto más. Déjame revivir aquellas aleatorias tardes corriendo en un parque o pegado a la tele descubriendo un sinfín de mundos dentro de una simple serie de dibujos animados. Aquella sensación única de descubrir que tras un folio en blanco se esconde la mas infitinita de las ideas todas pendientes de tu primer trazo. Todas posibles y secretas a la vez. ¿Quien estuvo allí y se perdió para siempre? ¿Acaso me deje algo por descubrir? ¿Acaso no puedo usar mi goma de borrar y volver atrás...? No, allí sigue la mancha. La impureza. Ya se ha perdido el infinito, el blanco. La incompresion. ¿de un niño quizás? ¿o ya éramos mucho más? ¿no hemos sido siempre subestimados? Aquellos profesores. Alquel grito con rencor. Aquella mirada. Aquella indiferencia. Aquella sonrisa, radiante. Aquella peonza que nunca llego a rodar salvo en tu imaginación. Me cuesta imaginar lo libres que éramos. A pesar de los castigos. Los limites. Las verjas. Los miedos. Aquellas sombras que nos persiguieron siempre quedaran ahí. El hombre del saco, la muerte y su guillotina, los payasos y el muñeco diabolico, aquel monstruo que amenazaba con comernos. Nuestra burbuja se veia rapidamente amenazada ante nuestra ingenuidad pero al final nada de esto importaba porque todo se arreglaba entrando en nuestra cama y recibiendo el beso protector de nuestros padres. Refugiandonos en aquel cine de sabanas blancas. Déjame volver. Éramos los niños del mañana y ahora somos los niños del ayer.

01 enero 2010

Despedida a Zulueta


Acaso despierta el año y me pregunto si no fue todo un mal sueño, si acaso es posible que despierte una nueva década con tu ausencia. Vacío imposible de llenar es aquel que dejas marchandote en silencio. Vacío imposible de siquiera nombrar tras tantos años en silencio proyectando una sombra tan larga que a todos los que ha tocado les ha dejado marcado con tus sueños y obsesiones. Con tus pesadillas y tu condena. De como tu mismo te heriste de muerte al escribir tu propio sino. Tu mayor creación escrita y grabada con tu propia sangre y que como un vampiro te ha drenado la vida. Que arrebato el tuyo que nos dejo a todos sin aliento como un golpe seco en una noche febril. Hoy me pregunto si realmente fue todo cierto y llegaste a existir. Me pregunto qué más nos habrías mostrado décadas después de aquel grito ensordecedor si tus oídos hubiesen dejado de sangrar a causa del estruento y el pozo al que caíste. Hoy Ivan Zulueta ya no formas parte de la realidad y regresas al imaginario de los sueños. No hay manera de agradecer que nos dejaras acercarnos a ti.

19 mayo 2009

Horizonte que te despropones


Despierto y me encuentro arañando costras al cielo abierto. Abrazando silencios. Desclavando de mi pecho los cristales que se hundieron cuando tus ojos estallaron en mil universos. En mil verdades y secretos desechos con un canto.Pospuestos al desdén de la incertidumbre. A la víspera de los deseos. ¿Cuál fue el deseo que pediste? ¿Cómo asesiné al futuro? Si realmente existió o si realmente hubo crimen. En la desolación lo puedes encontrar. En las palabras nunca pronunciadas. En las que esperan ser oídas. En las palabras que no existen. ¿Existes? Entra y enciende la luz. Apaga la sombra que no permito atraviese los encuadres y desalojen la mano que nunca deja de estar extendida frente al viento de tu cabello. Que nunca deja de existir. Ahí la puedes ver en la noche insomne. En el mar de dudas que asoma en mi voz ante el equilibrio de las cosas. Ante el vacío que acaba consumiendolo todo.... todo...

17 mayo 2009

koyaanisqatsi


La Tierra. Terreno vasto que soporta la pisada del hombre, que sufre la mano amenazante del verdugo reincidente de sus errores. No somos conscientes, pero esta ahí. La tierra: reencarnación de la belleza pura. No lo vemos pero está ahí, con sus paraísos perdidos, con su naturaleza milagrosa. Pero el hombre ya no quiere ser consciente de su existencia. Él, que lo ha dominado todo, vive ajeno a sus actos. Perdiendo el contacto con la naturaleza. Perdiendo el equilibrio. Vida sin equilibrio. Koyaaniqatsi. 

Hemos desafiado los limites de la materia y la lógica y ahora surcan las nubes enormes ballenas de metal mientras en la tierra millones de vehículos se mueven de un lado a otro. No contento con su uso, los vehículos se convirtieron ante nuestros ojos en tanques y las ballenas metálicas en aviones de combate.... en bombarderos.... en Hiroshima.... La razón nos ha permitido desarrollar el poder de cavar la fosa del mundo, de destruirlo todo, de provocar la muerte total. ¿Cómo respondemos ante esta realidad? Con silencio. Con ajenidad. Evadiendo la responsabilidad. Las ciudades son grandes dormitorios que guardan silencio. La ciudad esta dormida. Sin vida. Muertas. Una civilización que se cae en pedazos. Cuando despierta lo hace para coger el metro, trabajar sin pausa, comer sin pausa, gastar tu dinero sin pausa, agota tu vida sin pausa. Muere... Muere... Muere cada vez más rápido... 

Caminos preconcebidos y dirigidos que no percibimos y mucho menos cuestionamos. Desde el cielo nocturno las carreteras son similares a cables que transportan luces de energia... carriles... datos de ida y vuelta... datos... energia... eso es el hombre... corriente de energia e información que se traspasa de un lado a otro dándole utilidad de producción o de consumo... pero siempre útil... Mira la ciudad bien... ¿Acaso no es similar a un gran circuito informatico lleno de bloques de luces y cables? Todo interconectado. Todo transmitiendo energía.  Nos hemos convertido en algo más (o algo menos) que en unos simples engranajes del sistema. Ahora solo somos datos. Sustituibles. Insconcientes. Como individuos nos creemos libres ya que nos otorgamos la capacidad de decidir nuestros actos. Pero ser libre dentro de una jaula no te hace ser más feliz. 

La humanidad ha perdido algo. Puedes verlo. Puedes notarlo aunque no sepas concretar qué es. Puedes sentirlo en tu pecho. Esta ahí. Estamos subidos en un enorme cohete descontrolado llamado progreso que un día estallara con todos dentro.