14 agosto 2007

Misery Road: Capitulo II


No puedo creer la sangre helada que corre ahora por mis venas. ¿Cómo hemos podido dejar aquel hombre esperando su muerte? Y todo por dinero. Simple y sucio dinero. En esto me he convertido. Un tipo capaz de ver morir a una persona por algo tan inverosimil como el dinero. Sin embargo mira a Perry parece feliz ahi conduciendo cigarro en la boca y tarareando una canción. Te digo en serio que siento mi pecho sumergido en una inmesurable capa de hielo, pero él está feliz. Creia conocerle, es mi mejor amigo al fin al cabo. Un pequeño latir nace desde el fondo del bloque de hielo. Es ritmico y veloz. Es miedo.

- Para el coche Perry. -Susurro de repente con la mirada perdida en la carretera.
- ¿Qué?
- Deten el puto coche.
- ¿Qué dices? No está tan oscuro y aun queda carretera hasta Las Veg...
- ¡Que pares el puto coche ya! - Grito mientras me muevo violentamente en mi asiento.

El Ford rojo se detiene lentamente. Fuera es todo oscuridad. En esta maldita carretera perdida no existe la vida. Solo la amarilla luz del coche nos ilumina creando largas sombras en nuestros rostros. Esta luz le daba a Perry un aspecto totalmente distinto. Le hacía adulto. Le hacía sombrio. Ambos guardamos un horrible e incomodo silencio. Me aterraba confesarle que me arrepentia de lo que habíamos hecho. No deberiamos haberle dejado alli.

- Bueno Dick. ¿Me vas a decir por qué te has vuelto loco o te vas a quedar callado ahi como un memo?- Perry es un buen tipo. Seguramente lo comprendera. A él tambien le estará comiendo por dentro el haber robado a una persona accidentada. - No puedes gritarme así y luego callarte como un cerdo. ¿Qué coño ocurre en esa pequeña cabeza? No me...
- Creo que deberíamos volver.- Tras soltar mi inquietud, el silencio cortado por la braveria de Perry fue devuelto a su cauce. Podía notar como su boca resoplia tras dar una gran ultima calada a su cigarro y tirarlo por la ventanilla. Sus palabras se hicieron esperar hasta que las solto lenta y friamente.
- ¿A qué viene esto?
- Teniamos que haberle ayudado.
- No me vengas con esas Dick. Fuiste tu el que me dijiste "vamonos" cuando viste todo el dinero.
- Si... pero no está bien... no hemos recorrido mucho... quizás...
- Quizás esté ya muerto con la hostia que se dio. Mira Dick... abandona esa conciencia tuya que nos va a dar el viaje. Dijimos que este viaje a Las Vegas iba a ser un viaje de locuras. De sentir la vida en tu cara. Si Dick, eso me dijiste. Dijiste que querias sentirte vivo con el aire golpeandote en la cara. Asi que no me vengas ahora con quizas...
- No me referia a esto...
- En al vida hay oportunidades que cojes o dejas escapar. Tenemos una cantidad insana de dinero. Es la oportunidad de darnos el viaje de nuestras vidas.
- ¿No crees que es sospechoso que alguién lleve tanto dinero?
- ¿A que te refieres?
- Quizás es un gangster de la mafia.- Perry suelta un bufido burlón- ¡No te rias Perry! ¡Nos juro cadaveres!
- No me sigas aburriendo con tus teorias sobre el quizás.
- Solo digo que quizás hay personas que esperaban ese dinero. Y esas personas estarán ahora cabreadas.

Perry guarda silencio.

- Escuchame Perry. Creo que deberiamos olvidarnos de todo, no meternos en problemas y abandonar el dinero.

El silencio de Perry estallan en una gran carcajada burlonay grotesca.

- Estás loco Dick si piensas que voy a dejar escapar esta oportunidad.
- Tengo miedo Perry.
- Eres patetico.
- ¿Por qué no escondemos el dinero? Lo podriamos recoger a la vuelta de Las Vegas...
- ¿Ahora quieres esconder el dinero?

Perry se enrojece de rabia y enciende con fuerza el motor del Ford. Rapidamente gira el volante y se introduce a toda velocidad por el desierto que rodea la carretera abandonada. Aterrorizado guardo silencio mientras intento agarrarme a algo mientras el Ford avanza entre piedras, matorrales y oscuridad. De repente el caotico viaje termina con un brusco frenazo que casi me lanza por la luna delantera.

-Asi que... ¿Ahora quieres esconder el dinero?- repite mientras sale del vehiculo con un portazo. Momentos despues Perry abre el maletero y saca un pico- Muy bien Dick. Has ganado.

La piedra y la tierra se parte en piedrecitas con cada golpe que le imparto. Poco a poco se va desaciendo y el agujero va creciendo. La noche sin luna se encuentra bien entrada ya. Dick ha mira con melancolia el maletín mientras yo cavo un agujero iluminado por los faros del coche. Sabía que al final Perry lo entendería. Siempre nos hemos entendido perfectamente. Por eso llevamos siendo amigos más de ocho años. Lo hemos vivido todo juntos. Y esto no nos iba a separar. Creo que me he pasado con el agujero. Ahi dentro entraria por lo menos un perro bien grande. Suelto el pico profundamente agotado y alargo mi mano en direccion el maletin. Perry lo extiende hasta mi mano con cierta tristeza y lentitud.

- Oye, ¿cómo vamos a saber dónde está escondido el dinero?- Pregunto mientras me giro hacia el agujero.
- ¿Qué dinero?

Intento girar mi cabeza hacia Perry, pero el pico atravesando mi columna vertebral y pulmones me vuelve rigido. Intento decir algo lo suficientemente sorprendente, pero me precipito sobre el hoyo. Intento agarrarme a algo, pero una paralasis invade mi cuerpo. Intento respirar, pero la arena que cae sobre mi rostro empieza a impedirmelo. Intento vivir, pero el agujero, ahora convertido en la fosa que yo mismo cave, impide toda oportunidad.


Continua.