20 octubre 2008

Amnesia

Entre los jirones de la noche, gira la ciudad sin parar mientras yo repto al mundo de los vivos. Atrás dejo el derrumbe de la ensoñación, y con él, las luces y los rostros cochambrosos cuyos ojos solo alardean desprecio. De nuevo vivo. De nuevo muerto. De nuevo a un paso de la locura, y de nuevo a miles de pasos de ti. El suelo como refugio y comida. Las estrellas como testigos de mi vergüenza. Me levanto, pero en realidad me parto en dos. Uno queda tendido en el suelo sin respiración. El otro no le reconoce ni se reconoce a si mismo. La noche se cierra frente a él y deja que su amigo el tiempo termine todo el trabajo.