09 diciembre 2006

Me dan miedo las noches...


Cuantas veces habrá llorado ya...
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Ya es de dia. Por ahora a terminado. Se da un baño, es hora de ir al trabajo, se cubre el rostro, no quiere que vean que ha llorado...el cabello a veces no es suficiente... Odia las noches. Tiene miedo. Quisiera morir pero sabe que es demasiado cobarde. Coge su abrigo y se va.
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El curro... la rutina... ruedas estúpidas, pseudocompañeros insulsos y pesados que cuando menos lo esperas sientes su daga en tu espalda. Luna se aparta de todos, se sienta en su escritorio, junto a la ventana. Ahí se la pasa, viendo los árboles, las aves...¿serán libres...?
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Luna ve a la gente pasar. Sus rostros. Tristes y enojados. ¿a qué se dedicaran? ¿cuáles serán sus problemas? ¿sus sueños? ¿a donde irán...? ¿serán libres...?
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Hay una pregunta en la cabeza de Luna. Siempre esta ahí. Hay muchas respuestas pero ninguna le agrada. ¿Cuál es la forma mas fácil de morir? La menos dolorosa... Dicen; todos quieren ir al cielo, pero nadie antes quiere morir. Sonríe.

Son los 15 minutos de descanso. Todos se mueven en fila a comer, a fumar. Pero Luna se queda ahí, en su escritorio. Mirando a fuera. Soñando. Tiene miedo, no tiene hambre. Quiere morir.
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Es tarde, la jornada ha terminado. Hace media hora que sus compañeros se marcharon, pero Luna no se ha enterado. Nadie la ha avisado. Coge su abrigo y se va.
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Lleva tres horas caminando por ninguna parte, pero tiene prisa de llegar. Sigue soñando con morir. Lleva consigo el infierno. Corre. Le da miedo la noche. Morir. Se hace de tarde. El estomago la carcome: le recuerda que esta viva. Al final, toma rumbo a casa, pero el miedo va con ella. Le sudan las manos y su corazón late fuerte. No quiere que la noche vuelva.
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Al llegar la casa esta oscura. enciende la televisión... sexo... banalidad... La apaga y se queda ahí, en la oscuridad. En el miedo. Pasan las horas y por fin la puerta se abre. Se queda en silencio. ¿vendrá por fin a por mí? Su marido. Saludos, un beso, preguntas como siempre. Todo bien. A Luna le da igual. Se levanta del sillón y prepara la cena. Corta cebollas. No la hacen llorar. En sus ojos no hay lagrimas, las guarda para la noche. Sabe que le harán falta. Luna ve su reflejo en el cuchillo, sus muñecas en el cuchillo. Se pregunta. Su corazón late y las manos le sudan. Sus iris se contraen. Pero al final... miedo. El mientras viendo su partido. Sonríe.
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Cenan. Trabajo, trabajo y más trabajo. Luna enciende el televisor buscando escapar... sexo... banalidad... Finalmente se rinde a su hipnosis. Imagina otros mundos donde las aves vuelan. donde no hay noche. Donde no hay miedo. Se acuestan y en pocos minutos él ya esta dormido Le intenta hablar. Ronquidos. Llora. Ronquidos. Pasan las horas y la noche se hace más angustiante, más solitaria, más fría. Luna quiere escapar, Luna se quiere marchar. Es la hora... Se levanta y se dirige como cada noche al baño. Abre la ventanilla de los medicamentos y coge una de las muchas cajas al azar. Nervios. Lagrimas. Coge todas las pastillas y las machaca con imprecisión en un vaso lleno de agua hasta que quedan perfectamente solubles. Miedo. Se mira al espejo con el vaso en la mano. Pasan las horas. Indecisión. Suena el despertador. Le suda la mano, le falta el aire... Bebe... pero vomita.
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Ya es de día. Se da un baño, es hora del colegio. Se cubre el rostro, no quiere que vean que ha llorado... el cabello a veces no es suficiente... Odia las noches. Tiene miedo. Tiene asco. Quisiera morir pero sabe que es demasiado cobarde. ¿Cual es la forma menos dolorosa de morir?...
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Sonríe...