07 enero 2007

Nada

Sentado me paso el día mirando nada. Pasan las horas y no ocurre nada. Personas indiferentes las unas con las otras se deslizan frente a mi sin que tenga tiempo ni en fijarme en sus caras. Vehiculos como gusanos que se mueven unos detras de otros buscando su madriguera, buscando su agujero. Velocidad. Por todos lados. El paisaje se desdibuja a más y más velocidad, cada vez veo menos, cada vez todo es más deprisa. Hasta que todo de imprevisto se vuelve blanco. La velocidad alcanza el infinito que desune la materia. Misteriosa paz que se forma en la punta de lanza del caos. Ya nada importa. Sigo sentando pero me siento expulsado. Estoy fuera y a la vez dentro. Siento cada particula que me rodea como golpea mi ser a máxima velocidad. Puedo sentir cada sentimiento, deseo y acción que me rodea. Puedo entrar en tu cuerpo y conocerte. Escucharte y abrazarte. No existe tiempo ni realidad y yo deseo enterderte. Yo sentado y tu corriendo. Cuentame tu vida sin decir nada. Abrazame solo con tu mirada. Una mirada me basta. Quizas así la nada tenga sentido. Necesito un sentido. Quizas (y solo quizas) así cuando vuelva a parpadear y todo vuelva a su velocidad y a su forma material deje de comerme por dentro esta Nada.