09 noviembre 2006

Diario de Italia: 3 Noviembre Dia Quatro


Hoy toca volver a salir de viaje. No sabemos si nos quedaremos por Napoles y su crimen organizado o viajaremos directamente a Pompeya, que es una parada obligatoria de este viaje. Hoy no hay fiestas ni ningun impedimiento para entrar en el coliseo y en los foros. Asi que madrugamos (como de costumbre), desayunamos con la deliciosa fruta italina y partimos hacia el centro de la ciudad eterna. Miguel y Obi para entrar dentro del destruido Coliseo. Yo me voy a una cafeteria con mi primo Joy a tomarnos un Té y hablar sobre nuestras vidas. Al fin y al cabo somos de la misma sangre, y para sorpresa de ambos somos más parecidos de lo que ambos llegabamos a pensar. Fue la verdad, un grato reencuentro que no estoy dispuesto a perder. En este viaje se ha creado un duro lazo entre nosotros.
Despues de comer a toda prisa, y quedarnos flipados con el sistema de lavabos por pago que impera en Roma, Miguel, Obi y yo cogemos un tren direccion Napoles. El viaje es de tres horas, de las cuales nos tiramos una de pie. Es un punto de inflexion y por tanto momento ideoneo para reflexionar sobre el viaje. En el tren nos dan una viñeta donde sale una madre que viaja a Napoles para hacer luto a su hijo. Nos da mazo de mal rollo.
Miguel: "La verdad es que no venia con las ganas a tope en este viaje, ya que mi
vida ahora mismo recorre senderos turbulentos, pero lo de perder la mochila me
ha terminado de matar. El resultado del viaje es más cultura pal body y un
cansancio de pelotas. Volvemos por las noches a casa con unos ojos como
persianas de casa okupa... Ahora vamos camino de Napoles, la ciudad sin ley
de Europa. tengo la sensacion de que vamos a la boca del lobo y todo toma tintes
de tragedia... Agradecer a Jose el primo de David y sus estupendos amigos todo
el buen trato que nos estan dando. Se portan de lujo y son tios de puta madre...
¿sera esta nuestra ultima noche?"

Para mi el viaje esta siendo un viaje profundo y muy completo. Donde me estoy conociendo más a mi mismo y a los buenos amigos que me rodean. Este viaje es casi un desahogo tras las muchas presiones que he tenido ultimamente, y tras mucho tiempo me siento agusto conmigo mismo. Me siento en paz. Además creo estar aprovechando los dias al máximo (madrugamos muy temprano, no paramos durante todo el dia y luego nos quedan fuerzas para salir), de echo si no fuera por este diario algunos sucesos no sabria decir con exactitud que dia pasaron. Al menos no rapidamente. Valoro mucho la compañia de este viaje, y lo sorprendente es que no tenemos problemas de convivencia. Con mi primo genial aunque me gustaria pasar más tiempo con el. Si es que no paramos.

Napoles es tan siniestra como imaginabamos. Nada más bajar del tren ya tenemos nuestros primeros lios. Son las 8 de la noche y no tenemos absolutamente nada, ni siquiera donde dormir, salvo un par de direcciones de compleja comprension. Tras ver las intrincadas y oscuras calles (o callejones mas bien)de gueto y el mal aire que se respira, decidimos no pasar la noche ali. Cogemos un cercanias a Pompeya que solo tarda media hora. Pompeya es totalmente opuesta. Es un pequeño pueblo parecido a los de la sierra de Madrid, lleno de belleza y un frio helado que roza el invierno más cruel.

Nos hospedamos en un albergue muy barato (14 eurillos) y con un servicio de hotel. Una habitacion enorme y baños propios con varias duchas, además desayuno incluido. Salimos a dar un paseo nocturno para conocer el pueblo y nos sorprende ver lo sana que es la gente alli, no hay discotecas ni zonas de fiesta, la gente queda en heladerias y alli hablan y se relacionan. Además Pompeya esta inundado de perros abandonados que en cuanto pasas a su lado te siguen hasta donde sea con el fin que les des un hogar. Hasta 6 perros nos llegaron a seguir hasta el albergue, les pusimos nombres y todo (Harry, Punky, Conan, Zorra, Pin y Pon).

... En fin... con lo mucho que me gustan a mi los chuchos...